Los tiempos que vivimos

Por: Paul Estrella

Muy poco recordamos ya los tiempos en que la urgencia tenía un horario de 8 horas.

Mientras escribo este artículo, algún conserje, mesero, conductor de ballet parking, o un simple barrendero, deben estar preparándose para ir al Yerba Buena Center de San Francisco. Yo me tomo un café, escucho las noticias de la jornada de eliminatorias de ayer y cuento los minutos para que inicie la jornada.

Cómo será estar en el lugar de estas personas, quienes por coincidencias de la vida les tocará estar en contacto con varias personalidades de la tecnología y de cuando en cuando podrán ver al menos de reojo a Tim Cook, a Jony Ive o a algún otro directivo de Apple. Hoy en día es probable que muchos de ellos sepan lo que van a hacer y se sientan privilegiados de tener la oportunidad de estar muy cerca de los eventos que tomarán parte el día de hoy.

Diez o quince años atrás, a lo mejor las personas de estos mismos puestos no le hubieran prestado mucha importancia a los sucesos que se producían mientras ellos realizaban su trabajo.

Así son los tiempos que vivimos, donde las empresas tecnológicas y el marketing cada día innovan, inventan y buscan una manera de crear expectativa sobre cualquier evento con el objetivo de tener mayores ingresos y ganancias.

Tan solo 4 años atrás el celular Nokia que tenía cumplía la función para la cual fue fabricado, establecer una comunicación en una ubicación remota. En esa época quienes teníamos un Nokia pensábamos que estos eran teléfonos diseñados para los seres humanos y muchos quizás pensábamos también que eran prácticamente indestructibles (comentario basado en las miles de ocasiones en que mi teléfono se estrelló contra el piso).

Hoy sin embargo hemos llegado a un punto en el que debemos preguntarnos si tanta eficiencia es necesaria en un dispositivo móvil.

Es cierto que tanto los dispositivos con sistema operativo Android y los otros con sistema operativo iOS, nos han presentado un sin número de beneficios y aplicaciones que no pensábamos que se podían combinar con la telefonía, y que en determinados trabajos son una herramienta útil para avanzar, y me pregunto ¿son realmente necesarios?

Es una pregunta que me he planteado desde que adquirí el primer Smartphone, un Blackberry Pearl que no me dejaba dormir porque sonaba cada 5 minutos debido a las notificaciones que tenía configuradas. Después me dejé llevar por la novelería y adquirí un Iphone, después un Galaxy y no he adquirido un Nokia con Windows, porque simplemente estaría probando lo mismo con diferente sabor.

La conversación actual en el mundo tecnológico está centrada en los smartphones y el día de hoy entre quién es más popular o quién predomina, si Samsung con sus Galaxy o Apple con los Iphone.

Nos han vendido tan bien la idea de que ese es el tema más importante, que he llegado a ver fanáticos, literalmente, que abogan por una u otra marca, muchas veces en discusiones acaloradas, como si se tratara de un partido de futbol o algún otro deporte. Nosotros le seguimos el juego a las grandes marcas y no nos sentamos a pensar que los acontecimientos que se promocionan las benefician a ellas únicamente.

Hasta hoy y desde hace un par de semanas, ha habido dos temas importantes: el juicio que perdió Samsung con Apple, y el lanzamiento del nuevo producto que realizará la compañía de Cupertino hoy. Mucha gente se ha indignado ante el hecho de que Samsung deba pagarle alrededor de 1.000 millones de dólares a Apple, y esto ha acalorado más la discusión.

Lo que la gente no percibe es que este tipo de noticias también vende, desde ese día Samsung es más popular y les aseguro que su porcentaje de ventas se ha incrementado y 1.000 millones, aunque es un monto importante, no afectarán demasiado a la empresa Coreana, que seguramente apelará y mantendrá el juicio en disputa algunos años más.

Por otro lado Apple gracias a este suceso, se ha visto en el centro de la expectativa de quienes le exigen confirmar que en realidad es capaz de crear algo fantástico y de ser innovador, y hoy el escenario es perfecto para el lanzamiento de un nuevo producto.

Al final, seas un fanboy o un geekdroid, las únicas que salen ganando son los fabricantes.

Vivimos en un mundo ilógico, hoy se producen más Smartphones lo cual debería traducirse en menores costos de manufactura y obviamente debería traducirse en un precio de venta menor. Pero como el mercado no funciona así y le hacemos el juego a las grandes empresas, permitimos que ante cada nuevo evento el valor de cada equipo siga por las nubes.

Cada día es más difícil adquirir un Smartphone, lo cuál se contradice con lo que venía sucediendo en el mercado tecnológico de los ordenadores, a medida que avanzaban los años, los precios disminuían y la capacidad de procesamiento era mayor, un escenario acorde con la ley de Moore (lea: ¿Por qué ya no puedo vender mi Wii?).

Con los Smartphones la cosa es diferente, porque han dejado de ser una herramienta para convertirse en un símbolo de estatus, en un lujo.

Cuando compré mi primer Iphone lo hice bajo un plan en un operador, era un 3G y tuve que pagar USD$70 por el. Un año y medio después cuando quise renovarlo con el mismo plan el operador me pedía USD$300, con lo cual decidí cambiarme a otra operadora. Entonces para acceder a un nuevo Smartphone tuve que comprarlos de segunda mano, bloqueados, desbloqueados, y obviamente a un valor menor. Me hice todo un experto en hacer Jailbreaks y estaba al tanto de ese tipo de cosas.

Pero como uno se cansa de perder el tiempo en cosas no productivas (lo siento por quienes les encanta andar de ratones de google) opté por regularizarme y comprar un teléfono a fábrica. Al decir cosas no productivas me refiero a que la vida tiene espacios de tiempo que deben ser llenados con otros seres humanos, con actividades reales, con la familia, los amigos, etc…

Hoy, un Samsung Galaxy S3, cuesta en mi país USD$900 y eso accediendo a un plan. Ante tamaño asalto pensé que era momento de escribir algo no en contra de Samsung o de Apple o de Nokia o de Sony, tampoco de decir cual sistema operativo es mejor o no, decidí escribir sobre nosotros.

Tanto Android como iOS hacen cosas muy similares, y sí, cada uno tendrá su especialidad en algo, pero al final su funcionalidad es muy parecida.

No soy ni fanboy, ni geekdroid, ni estoy a favor de un producto o en contra de otro, me da lo mismo. Uso dispositivos con los que me siento cómodo y en función de eso los selecciono. Piénsenlo bien, si van a pasar 8 horas del día trabajando frente a un computador, ¿por qué no usar el mejor computador? Digo, le estás dedicando el 33% de tu tiempo a esa labor entonces hazlo con lo mejor que puedas obtener.

Con esa filosofía al final a lo mejor termine volviendo a un celular común, porque el desarrollo de tecnología y las grandes empresas han acelerado tanto el proceso de generación de producto que realmente es agobiante para un usuario de un país del tercer mundo como yo intentar estar al día con la tecnología, aunque viva de eso y deba saber de eso.

Antes de culminar les hago una nueva pregunta,

¿Por qué se ha vuelto tan importante el desarrollo de Smartphones para muchas industrias?, no me refiero a los fabricantes (Apple, Samsung, etc…)

Parte de esa respuesta está en las manos de nuestros amigos de marketing, analícenlo un poco y después me cuentan.

El mundo está evolucionando de tal manera que tengamos un dispositivo de alta tecnología en nuestras manos en lugar de nuestros escritorios, así debe ser o así estamos buscando que sea.

Hoy voy a disfrutar viendo que saca Apple, leyendo los comentarios humorísticos de algunos medios especializados, riéndome con la gente de la oficina y especulando un poco sobre todo, pero al final voy a llegar a casa a hacer lo que más me gusta pasar tiempo con Pao y Lucas.

Los dejo con el celular en sus manos, hasta pronto.

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